Carlos Everardo Robles Herrera, nació el 14 de mayo de 1936, en la calle de Corona en la finca marcada con el número 33, su madre fue Enedina Herrera Herrera. Fue Secretario General de la Federación de la CTM de 1974 a 1992.
Hijo también de un sindicalista, Apolonio Robles Gil, aunque su padre fue dirigente en la CROM, y Carlos Everardo, llegaría a ser el líder de la CTM en Puerto Vallarta y cuatro veces regidor de Puerto Vallarta.
Con su actuar dentro del Sindicalismo fue uno de los forjadores de este destino turístico, porque continuo el fortalecimiento de la C.T.M., con el nacimiento de Nuevos Sindicatos y promoviendo la contratación colectiva en favor de sus agremiados.
Cuando llego a la Secretaria General de la Federación, su anhelo era integrar un Sindicato de Choferes de Taxis y “sólo había siete carros de sitio, y se necesitaban ser 23 choferes para constituir un sindicato”, recordando que en desfile obrero de 1955, los cetemistas eran un contingente que no llegaba ni a una cuadra, y un dirigente de la entonces central obrera más fuerte en esa época en esta Ciudad, la CROM, se burlaba y les decía “ya se enojaron los enanos”, décadas después en uno de los últimos desfiles que encabezó como líder de la CTM en 1991, exclamó “pues ya los enanos crecieron y bastante”.
O de aquellas anécdotas cuando tenía su oficina-móvil, una camioneta combi blanca, y que con su portafolios era el despacho de la CTM, “cuando llegué a la secretaría general de la CTM, no tenía ni un ladrillo partido a la mitad”, diría quien durante uno de sus tantos periodos dotó a esta central obrera de instalaciones propias: el edificio que está ubicado en la calle de Colombia y Nicaragua.
Así también se consolidó el proyecto de la unidad deportiva de la CTM en al Coapinole, ambos proyectos fueron posibles con el apoyo y participación de todos los Sindicatos integrantes de la Federación en ese entonces denominada Federación Local de Trabajadores y Campesinos de Puerto de Vallarta, Jalisco, los cuales unos apoyaron hasta 16 días de salario. En ambos proyectos y en otros sindicatos, la Federación de Trabajadores de Jalisco gestiono permisos de taxis que se pusieron a la venta como apoyo de ambos proyectos. El gremio de taxistas apoyaron con mano de obra poniendo la primera piedra el máximo jerarca cetemista, Fidel Velázquez Sánchez.
El compañero Carlos Robles Herrera deja la secretaría general en 1992.
El legado de Don Carlos Everardo Robles Herrera fue sobre todo haber dejado una Federación, conjuntamente con los Líderes de los diversos sindicatos, con los cimientos sólidos, tanto en su estructura sindical, política y patrimonial, al dejarla como la Central Obrera mayoritaria, tanto sindical, como políticamente dentro del PRI.
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